Jóvenes de entre 24 y 26 años

Detienen a dos personas por llevar ocultos 11 kilos de cocaína en sus sillas de ruedas en el aeropuerto de Barcelona

Los detalles
Los detenidos, con movilidad reducida, llevaban la droga en paquetes ocultos en las carcasas de las baterías de su silla de ruedas eléctrica. Los dos fueron utilizados por una organización criminal.

Detenidos tras ocultar droga en silla de ruedas.

La Policía Nacional ha detenido a dos pasajeros con movilidad reducida en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat que llevaban un total de 11 kilos de cocaína precintada en 14 "pastillas" ocultas en el interior de carcasas de las baterías de las sillas de ruedas eléctricas.

En un vuelo procedente de Brasil, un pasajero que viajaba solo y que presentaba una discapacidad física fue preguntado por el motivo turístico de su viaje y él respondió nervioso y dubitativo. Los agentes detectaron en el viajero un perfil claro de 'mula' tras la información internacional de una nueva modalidad delictiva en la que se utilizan personas con deficiencias físicas o psíquicas para repartir droga.

Las declaraciones alertaron a los policías y el pasajero fue sometido a un control minucioso de su equipaje. Los investigadores se centraron en la estructura de la silla eléctrica, observando que el pasajero iba alterándose a medida que se intensificaban las comprobaciones.

Tras el desmontaje de las baterías, se observaron signos claros de manipulación, hallándose en su interior 10 paquetes envasados que contenían 7,5 kilos de cocaína, por lo que procedieron a la detención del viajero por un delito contra la salud pública.

Segunda detención

Un día después y de forma similar se produjo la detención de otro ciudadano extranjero con movilidad reducida que iba en una silla de ruedas eléctrica, procedente de Bogotá (Colombia), con un total de 3,8 kilos de cocaína ocultos también en las carcasas de las baterías de su silla de ruedas eléctrica.

En ambos casos el perfil de los pasajeros coincidía, tratándose de ciudadanos extranjeros, jóvenes de entre 24 y 26 años, especialmente vulnerables, con una discapacidad grave física y haciendo uso de una silla eléctrica.

Los dos fueron usados por la organización criminal "sin ningún tipo de escrúpulos para su fin" aprovechándose de su estado de necesidad, sin ser conscientes, como en la mayoría de los casos, del riesgo que asumen, explican los agentes en un comunicado.