La Guardia Civil ha detenido en Gijón a un hombre al que se le vincula con dos agresiones sexuales supuestamente cometidas en apenas seis meses durante el año 2023, en una zona aislada del municipio de San Juan de los Terreros, en Almería. El agresor, según las investigaciones, es un vecino de la localidad de Águilas (Murcia).

Según una información de la Guardia Civil, al hombre se le ha detenido en el marco de la Operación Ikigai. Las agresiones llamaron la atención de los investigadores por el grado de violencia empleado y por su nivel de preparación. Según la nota de la Benemérita, "el agresor abordaba a las víctimas empleando un alto grado de violencia, las maniataba y las trasladaba por la fuerza a un lugar que había preparado anteriormente".

La primera de las agresiones sexuales tuvo lugar el pasado 5 de abril de 2023, donde "el perpetrador empleó un arma blanca y varias bridas para intimidar e inmovilizar a la víctima, a la que posteriormente trasladó, maniatada, a un lugar oculto próximo donde consumar la agresión. Dado el lugar y la hora donde tuvo lugar el ataque, los investigadores concluyeron que el agresor debió de estar oculto en los alrededores, realizando una 'espera' para abordar a la víctima en las condiciones más favorables posibles.

La segunda agresión -informa la Guardia Civil- tuvo lugar en el mismo escenario y empleando el mismo modus operandi el 19 de octubre de 2023. "El atacante abordó a una víctima y, a punta de arma blanca y después de maniatarla, la trasladó al mismo lugar donde tuvo lugar la agresión sexual en el mes de abril".

Tras llevar a cabo una exhausta investigación, se obtuvieron indicios claros y objetivos, así como evidencias científicas, de que el autor de ambas agresiones era la misma persona. Así, el agresor resultó ser un vecino de la localidad de Águilas (Murcia), situada a cierta distancia del lugar de los hechos.

Finalmente, el pasado 21 de octubre se llevó a cabo la detención del supuesto agresor en Gijón (Asturias), lugar en el que este individuo había establecido su residencia. También se practicó un registro domiciliario en el que se intervinieron equipos informáticos y teléfonos, lo que permitió recoger nuevas evidencias de los hechos investigados.