El Día de Cantabria no tiene una fecha exacta. De hecho, ni siquiera está oficializado por el Gobierno regional. Se celebra anualmente el segundo domingo del mes de agosto y recibe también el nombre de ‘Día de la Montaña’. La comunidad recoge otra conmemoración, el ‘Día de las Instituciones de Cantabria’, que sí es oficial, se toma como festivo y se celebra cada 28 de julio. Ahora bien, el homenaje a las instituciones tiene un carácter más protocolario que el que se celebra, en esta ocasión, el domingo 9 de agosto.

La fiesta tiene su ubicación física: se celebra en el municipio de Cabezón de la Sal. El año 2020 se cumple la 54 edición de la conmemoración. Esta localidad celebra diferentes eventos a lo largo de la jornada: el año pasado, por ejemplo, tuvo lugar un concurso en el que los habitantes del municipio pudieron plasmar la concepción que tenían del ‘Día de Cantabria’ en un cartel.

Este año la fiesta ha sido cancelada por el ayuntamiento a causa del coronavirus. En un comunicado publicado el pasado 22 de julio, el Gobierno municipal asegura haber esperado “hasta última hora” para tomar la decisión y lamenta el resultado final: “El equipo de Gobierno, en un ejercicio de responsabilidad viendo la situación sanitaria que estamos viviendo, y consensuado con los portavoces de los demás grupos políticos, ha decidido suspender las fiestas Patronales y del Día de Cantabria”, escriben.

Por qué se celebra el Día de Cantabria

El Día de Cantabria conmemora las costumbres, tradiciones y, en general, todos los valores etnográficos de la región. Es todo un homenaje al folclore, la naturaleza, la cultura y la artesanía. Es una fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1972, celebrada para venerar la identidad de Cantabria, y cuenta con un discurso anual del presidente de la Comunidad Autónoma.

El año pasado, Miguel Ángel Revilla destacó en su comparecencia “la cultura con mayúsculas” de Cantabria. Como en cada celebración, se conmemora el recuerdo de Ambrosio Calzada Hernández, el alcalde de Cabezón de la Sal que impulsó esta fiesta.

Calzada fue una de las figuras más importantes del autonomismo en Cantabria. En palabras de Revilla, “amaba por encima de todo a Cabezón de la Sal y tenía un espíritu de defensa" de esta villa donde, según el presidente autonómico, comenzaron "los tiempos modernos de lo que hoy es Cantabria".

La iniciativa nació en 1982, apenas tres años después de que se aprobase, bajo el mandato de Calzada, la solicitud de autonomía para Cantabria. Cabezón de la Sal fue el primer municipio de toda la región en hacer esta petición. Ahora bien, este homenaje fue bautizado en un primer momento como Día de la Montaña, básicamente porque muchos de los habitantes de la provincia llamaban así a su tierra. Más tarde, a raíz de la creación de la Comunidad Autónoma (antes conocida como la provincia de Santander) la fiesta cambió su nombre a Día de Cantabria, en un acto de reafirmación del estatus del territorio.

Durante este día, miles de personas llenan las calles de la villa para realizar sus actividades favoritas. Éstas giran en torno al deporte rural, la artesanía y mercado de productos típicos, los desfiles de carrozas y carretas y la ‘pasá’ de ganado tudanco —una especie de desfile en el que los habitantes del municipio pasean con sus animales—. Todo ello amenizado con música y danzas típicas de Cantabria, mediante demostraciones ininterrumpidas de grupos de danzantes, picayos, pandereteras, solistas, rabelistas y gaiteros.

Será la primera vez en 54 años que los cántabros no puedan celebrar algunas de estas actividades. No obstante, como ha explicado el ayuntamiento, la fiesta sigue “siempre y cuando las condiciones sanitarias en cada momento lo permitan”, hecho que deja la puerta abierta a que, con conciencia y responsabilidad, los cántabros puedan seguir celebrando su día.