En
Ardoncino, León, un incendio similar al de Seseña quemó neumáticos y cables hace
diez meses La localidad estaba en llamas, envuelta en montañas de humo y dejó 12.000
toneladas de neumáticos quemadas.
Ya no quedan llamas en las instalaciones de la
compañía RMD, pero los ecologistas alertan de que sus consecuencias siguen muy
vivas, y afectan a la salud, aseguran que los tóxicos pueden persistir en la
tierra y sus productos "Son productos acumulativos, y si se siguen ingiriendo,
pueden sufrir un cáncer", explica Ismael González, Ecologistas en Acción
de León.
Segundo Díaz,
vecino de Ardoncino, está preocupado por su huerta. No sabe si consumir su
cosecha y ha decidido dejar de producir vino por miedo a que la uva esté
contaminada. "Lo que más nos preocupa es el terreno, que no sabemos si lo
va a coger la raíz", se lamenta Segundo.
El
primer muestreo de la Junta de León en uvas, pimientos, hierba y suelo arrojó niveles contaminantes hasta cuatro
veces superiores a los que recomienda la Unión Europea.
Un
segundo muestreo realizado meses después a los campos de cultivo que rodean la
fábrica ofreció niveles correctos, pero los ecologistas alertan de que durante
ese tiempo se consumieron productos contaminados.
A los
vecinos les asusta pensar en las posibles consecuencias que esto pueda tener
sobre su salud. "Esa incertidumbre está siempre. De hecho, no hemos vuelto
a comer productos de aquí", cuenta una vecina. Son los efectos de un
incendio que, ya extinguido, todavía no se apaga.