De la primera rueda a la última han pasado 11 años, se han reproducido sin límite hasta convertirse en un problema medioambiental y un peligro, por el riesgo de incendios.

A vista de satélite es como mejor se aprecia este cementerio de neumáticos, en Toledo. Unos cinco millones de ruedas, a escasos 400 metros de una urbanización, que empezaron en Toledo, y han acabado inundando Madrid. 

Ahora las dos comunidades, y el ayuntamiento de Seseña han impulsado un proyecto para eliminarlos. Según explica Carlos Velázquez, alcalde de Seseña, la iniciativa tiene "una parte de reciclaje y una parte de valorización energética, como combustible".

A los ecologistas no les convence, piden más información y apuestan por reciclar el 100%. Vicente García, de 'Ecologistas Valdemoro', "la solución no es quemar los neumáticos, es reciclar".

La nueva empresa de gestión de residuos ya está trabajando. Su objetivo: eliminar unas mil toneladas de ruedas usadas al mes. A ese ritmo, serían 12.000 al años, así que los trabajos podrían alargarse hasta siete años y medio. Sin embargo, el alcalde reduce el tiempo: "hastra tres años y medio".

Años para ver de nuevo convertido en campo los terrenos y que las vistas de las viviendas próximas sean lo que les prometieron.