"Delito de feminicidio
agravado, artículo 104", hasta el acusado por el brutal crimen de la
pequeña Yuliana se horroriza de los cargos que se le imputan: “Acceso carnal
violento, artículo 205, asimismo tortura, artículo 178". Aún está postrado en el
hospital donde se recupera, dicen los medios locales, de una sobredosis.
Según la policía, Rafael
Uribe Noguera, potentado arquitecto de 38 años, planeó y ejecutó una
monstruosidad, en palabras del ministro del Interior. Su objetivo era una niña
de sólo siete años.
El pasado domingo por la mañana, la habría raptado de un barrio humilde barrio de la periferia de Bogotá. Era la tercera vez que lo intentaba. En una camioneta habría abusado ya de ella. Se la llevó después, supuestamente, a uno de los apartamentos de lujo de su familia donde la torturaría y violaría hasta matarla. "La causa de la muerte es de a asfixia por sofocación y estrangulamiento", afirma Carlos Eduardo Valdés, director del Instituto Anatómico Forense de Colombia.
Lo inhumano del caso ha indignado a la sociedad
colombiana y más por las sospechas de que la familia del arquitecto habría
tratado de usar sus influencias para ocultarlo. "La escena del crimen fue
manipulada, la investigación se extenderá a notificar a los terceros que la
Fiscalía General de la Nación no va a permitir que se obstruya la justicia", afirma
Néstor Humberto Martínez, fiscal general de Colombia.
Conmoción que comparte
hasta el presidente Santos, mientras en la calle se piden castigos ejemplares
para los abusos a menores.