El empresario gallego Abel Diéguez, secuestrado durante varios días en Lalín, ha relatado en su declaración ante la policía cómo fue su cautiverio. El propio Diéguez aseguró, según ha podido saber laSexta Noticias, que el objetivo de los secuestradores era en realidad su hermano.

Todo comenzó con un fuerte golpe que le dejó casi sin sentido, que piensa que es una pistola. Después los secuestradores le ataron y le metieron en el maletero de un Renault 19, un coche que conocía bien ya que es el que utiliza su esposa. Por eso, Diéguez intentó manipular los faros del vehículo para retirar una bombilla y que alguna patrulla les parase.

No ocurrió, pero el secuestrado llegó a abrir el maletero y pensó en huir con el vehículo en marcha, pero los captores se percataron de que intentaron huir y le golpearon fuertemente en la barriga, apuntándole con un revólver bajo el grito de "te voy a matar, hijo de la gran chingada".

Después, los secuestradores le contaron que a quien querían llevarse era su hermano, pero que era él el que había acudido a la cita. Cinco días después, la Guardia Civil encontró dónde estaba escondido y detuvo a los infractores.