El móvil de Diana Quer estaba sumergido en una zona de fango y piedra. La pantalla rota, abierto por la parte superior y con un fuerte golpe.
Un mariscador lo encontró por casualidad en el puerto de Taragoña. Estaba tan deteriorado que los investigadores tendrán que averiguar si esos daños se produjeron al tirarlo desde el puente o antes. "El impacto que tenía el teléfono no era de tirarlo desde el puente", detalla Olga Lesende, una de las mariscadoras.
Aunque el teléfono esté destrozado y lleve allí desde el 22 de agosto, los expertos son positivos. "Hay procedimientos de recuperación aunque ese teléfono esté roto, fraccionado o partido por la mitad", explica Francisco Canals, experto en investigación tecnológica.
Lo primero es desmontar el teléfono, limpiar la placa base y arreglar las piezas dañadas. Una vez seca, se instala en otro dispositivo, que permitirá acceder a toda la información.
La familia de Diana se mostraba esperanzada con el hallazgo. "Es la primera prueba tangible que tenemos de lo que ha podido pasar con Diana", asegura la madre de la joven desaparecida.
Un proceso de recuperación de datos que según los expertos podría tardar entre 4 y 5 días.
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