Una española tras conseguir el sueño de ser madre pasa ahora por la peor de las pesadillas. Lleva ocho meses atrapada en Moscú sin poder volver a España con su hija porque el Consulado español no le deja inscribirla en el Registro. Nació tras contratar un vientre de alquiler y para España no está demostrada la filiación ya que la madre no aportó material genético.