Un portugués consume 11 gramos de sal al día, que si se multiplica por siete para calcular lo que ingiere a la semana y por 30 para un mes... el resultado es mucha sal. Para reducirla, algunas industrias y restaurantes se han comprometido con el Ministerio de Salud a echarle un 4% menos sal a los alimentos.

Antonio Moscoso, propietario del restaurante 'Mané', explica que van a "empezar a hacerlo para que la gente sea más sana". Un 4% menos de sal apenas se nota en el paladar. Aunque algunos nutricionistas creen que tampoco se notará en la salud. Mª Ángeles López, directora y nutricionista del Centro Médico Rusiñol recomienda "hacer una educación alimentaria".

Pese a lo que nos creemos, los españoles somos más sosos que los portugueses, pero apenas un gramo. Casi doblamos el consumo recomendado por la OMS. Dejar de mover el salero, sobre todo si no hemos probado el plato antes, es una clave.

Pero el 75% de la sal está oculta en los alimentos, sobre todo en congelados y procesados. Por eso debemos leer las etiquetas, prescindir de los altos en sodio. Porque en España hay 11 millones de hipertensos.