Borja Villacís, hermano de la vicealcalde de Madrid, Begoña Villacís fue asesinado el pasado martes 4 de junio cuando fue a acompañar a su amigo Luis a una "cita". Su amigo Luis tenía, desde tiempo, una "guerra abierta" con Kevin, presunto autor de la muerte de Villacís. En teoría, Luis y Kevin habían quedado para pagarle el importe de aquel vehículo.

Luis, el superviviente del tiroteo sabía que el encuentro con Kevin podía ser una trampa. Por eso no dudó en pedir ayuda a su amigo Borja Villacís, quien también conocía a Kevin, pero no tenía ningún conflicto abierto con él.

De este modo, Luis pidió a Borja que le acompañara por si surgían problemas. No solo él, también a otro grupo de amigos del barrio que irían en un segundo coche, según ha confirmado el entorno de Borja a laSexta.

Este encuentro que tenía un motivo claro: solucionar de una vez por todas las diferencias entre Luis y Kevin. Kevin le habría dicho a Luis que le iba a pagar el coche y parece que ese fue el cebo para quedar.

Los dos jóvenes eran amigos desde hace años, tenían la misma edad y ambos se dedicaban al menudeo de drogas, aunque es cierto que su relación se fue deteriorando con el tiempo y se rompió por completo el día que Kevin prendió fuego al coche de Luis. A partir de ahí, las amenazas entre los dos eran constantes. Luis no se lo perdonaba y le exigía el pago del coche destrozado y por eso quedaron.

Sin embargo, y como hemos dicho, finalmente quedaron con ese fin y Luis fue con refuerzos por si había una emboscada, preparados para defenderse o para pelear llegado el caso. Con lo que no contaban es que sus oponentes iban armados y eso les pilló desprevenidos. Porque Kevin no iba solo, a priori todo apunta a que junto a él, y en el coche, iba su amigo Ismael.

Manifestación en Málaga contra los pisos turísticos

Denuncian el difícil acceso a la vivienda

Miles de malagueños salen a la calle para protestar contra la proliferación de pisos turísticos al grito de "Málaga no se vende"

Bajo el lema "Málaga para vivir, no para sobrevivir" unas 20.000 personas, según los convocantes, han denunciado un modelo que, dicen, dificulta el acceso a la vivienda y obliga a los malagueños a emigrar de su ciudad.