Ángel González se abraza a su madre durante una concentración en la que piden justicia para él. Se celebra su juicio en el que se le acusa de haber agredido a un policía en una manifestación contra la ley Wert. Su madre, Carmen González, explica que "se acataría si hubiera pegado, se acata, pero era algo pacífico, de gente joven".

En 2013 Ángel participó en una concentración en Jaén que acabó con disturbios y cargas policiales. Ángel confiesa haberse resistido cuando la Policía le pidió la documentación, pero finalmente la entregó sin problemas. Su sorpresa fue cuando días después le llegó una denuncia en la que se le acusaba de haberle roto la tibia y el peroné a un policía. 

"Se equivocaron, ¿por qué no salieron diciendo que eso era mentira?", sostiene Carmen. Para la Policía, la versión es distinta. Serafín Giraldo, portavoz de la Unión Federal de Policía, destaca que "un oficial de policía le pide la documentación, existe un reproche verbal con un empujón, el agente cae al suelo, se golpea contra un bordillo con rotura de tibia y peroné". 

Cuando comience el juicio, Ángel se enfrentará a dos años de cárcel y a una multa de 30.000 euros, medidas endurecidas, según los sindicatos, por la 'ley mordaza'. Además, la familia de Ángel considera que son injustas, por eso confía en que se haga justicia y se conozca la verdad.