Según ha explicado el acusado, Pere B.R., en el juicio celebrado en la Audiencia de Palma, los abusos comenzaron en 1997 cuando, con ánimo libidinoso, sentaba en sus piernas a la niña y le tocaba los pechos por encima de la ropa.
Posteriormente, cuando llevaba a la menor a casa en coche, la obligó a practicarle felaciones en hasta 20 ocasiones. Además, la violó varias veces en su habitación de la parroquia y, preguntado por el fiscal, ha reconocido que, en varias ocasiones, cuando la niña oponía resistencia, se colocaba sobre ella, la agarraba con fuerza y abría sus piernas para penetrarla.
El expárroco dice estar "totalmente arrepentido". "Le deseo lo mejor a esta señora y a su familia, nunca he tenido rabia de ningún tipo, les deseo desde ahora y para siempre lo mejor", ha dicho.
En el juicio celebrado en la Audiencia de Palma, las acusaciones (Fiscalía y el abogado de la víctima) y la defensa del expárroco han llegado a un acuerdo de conformidad por el que el acusado ha confesado todas las acusaciones y ha admitido la petición de condena de 6 años, así como 5 de alejamiento de la víctima.