Cada vez que alguien muere en San Martín de Ondes, en Asturias, sus familiares se tienen que calzar las botas de montaña porque nohay camino al cementerio. Se ven obligados a llevar el féretro a hombros recorriendo casi medio kilómetro entre el barro y desmontando el pastor eléctrico. "No sé que vamos a hacer el día que muramos, hay dos o tres aquí delante y luego estoy yo en puerta", se lamenta Consuelo.
Esta vecina no ve cerca la solución, pues lleva demasiados años conviviendo con el problema. El cementerio es de la iglesia . El municipal está en Belmonte y el camino antiguo no se puede acondicionar debidamente. Hacer uno nuevo pasa por la cesión de uso de los propietarios de las tierras. Y en ello están, aseguran fuentes del ayuntamiento. Mientras, toca llevar la pena de caminata.
"Llevamos así cuarenta años y hace tres años y pico que hemos solicitado al ayuntamiento por escrito y estamos esperando que den una solución", denuncia el secretario de la Asociación de Vecinos San Martín de Ondes, José Ramón Fernández. Mientras llega o no ese último adiós las botas siguen siendo el calzado oficial de los entierros.
Gran operativo de la Guardia Civil
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El contexto Se trataría de la organización criminal más activa en este tipo de hechos de los últimos años, según apunta la Guardia Civil. Se estima que el total de dinero robado alcanza el millón de euros.