Finda es una paciente que estuvo dos semanas ingresada en una zona de alto riesgo en Kailahunque y acaba de vencear al ébola en Guinea Konacry. Historias como esta demuestran que pese a que la letalidad de este virus es muy elevada, hay una mínima posiblidad de curación.

Miriam Alía, enfermera de Médicos sin Fronteras afirma que "con el tratamiento de apoyo se ha podido disminuir la letalidad en algunos casos hasta el 30%". El primer brote de esta enfermedad fue en 1976 y el más reciente hace dos años en Uganda y República Democrática del Congo, donde estuvo Miriam. Las diferencias con el actual son muchas y ahora es casi imposible controlar el efecto contagio.

La enfermera cuenta que ha tenido "pacientes de Sierra Leona en Guinea que cruzaban porque en Sierra Leona antes no había centros de tratamiento, pero a sus contactos que seguían en Sierra leona no podía seguirles". La cepa Zaire de este virus que ha llegado este año es el más letal y ha matado ya a 932 personas en África occidental. Mientras, los expertos aseguran que cuanto antes se detecten los casos, mayor es la posibilidad de curación en pleno foco del virus.