Así figura en una de las conversaciones telefónicas intervenidas por la Policía durante la investigación de este caso y contenida en su sumario.
En ella, Gao Ping llama a Haijun Xia, uno de los miembros de la cúpula directiva de la organización, y le pregunta si otro de sus integrantes piensa "retirarse" de la red, a lo que le contesta que sí.
Ping le transmite entonces que diga al desertor que "durante diez años no podrá dedicarse al negocio de la ferretería, porque si no tendrá consecuencias", ya que, continúa, su hermano mayor "es capaz de derrotarle en cualquier parte, tanto en China como en el extranjero".
Según el informe policial sobre los pinchazos telefónicos, Gao Ping le advierte entonces que tanto su interlocutor como "todo el mundo" deben tener en cuenta que no dejará "a nadie en paz" si le traicionaba.
La mujer de Gao Ping, Lizhen Yang, medió entonces en el conflicto y pidió a Haijun Xia que convenciera al traidor de que es mejor que "ellos" sigan controlando su dinero y que no es bueno que se separe de la "sociedad".
Dentro de la red mafiosa, en la que también se investigan los delitos de organización criminal, amenazas, coacciones, extorsión y prostitución, había un encargado del aparato extorsionador, Haibo Li, quien también ejercía de prestamista.
Según un informe de la Fiscalía Anticorrupción, este "colaborador directo" de Gao Ping instó en una ocasión a "dar una paliza" a un ciudadano chino que no había pagado sus deudas con la organización. Haibo Li estaba al parecer "al tanto de todas las peleas", según los fiscales del caso, y era a quien acudían para posibles "ajustes de cuentas o reclamaciones de dinero prestado".