Sea o no intención del Partido Popular, no son los desahucios sino los escraches los que ocupan el centro del debate. Toda la maquinaria del PP trabaja duro contra esta forma de protesta.

Hoy Cospedal se ha reafirmado. Para ella los escraches son “nazismo puro” y opina que “generan violencia, y se volverá contra aquellos que la están ejerciendo”.

Javier Arenas se postuló en la jornada del domingo: “¿Qué escrache, escrache, ni escrache? Son acosadores”.

Pero los calificativos más agresivos contra los escraches han llegado por escrito. Desde el blog de Esperanza Aguirre: "Unos energúmenos que son simples epígonos (...) de las juventudes hitelerianas o las patrullas castristas, imitadores del matonismo de los seguidores de ETA en el País Vasco"

Y desde el último editorial de la Fundación FAES, que preside José María Aznar: "Es uno de los legados del socialismo que creó, alimentó y exacerbó todas nuestras crisis durante sus siete años de gobierno (...) Ése es el fondo del que se depende para lo importante. Y no de la incivilidad garrula".

Toda esta reacción en cadena, para Cayo Lara no es más que una cortina de humo coordinada desde Génova. “Espero que conviertan los calificativos en medidas concretas”, pedía el coordinador federal del IU.

Y Elena Valenciano lamenta que los escraches, eclipsen a los desahucios. “Que no se equivoque el Gobierno, por acabar con los escraches no se acaba con el problema real que tenemos ahora, que es el de los desahucios”, pedía la política socialista.

Decenas de personas han sido ya detenidas o multadas mientras hacían escrache. Sin embargo el fiscal general del Estado, de momento, no es partidario de prohibirlos.