En Lleida 40 niños han estado una semana sin pisar el aula, aunque ya han vuelto. Iban a clase, pero no a su escuela. Sus padres han sido sus profesores. De este modo han protestado contra los recortes de la Generalitat, que les han dejado sin transporte ni comedor.

Las escuelas rurales de la zona están unificadas en una sola en la capital del Vall de Boí, En Barruera. Asique los niños están obligados a desplazarse y a comer allí. No pueden volver a casa. Hasta este curso La Generalitat se hacía cargo de todo, aunque no estaba obligada a pagar pero con la crisis les dijeron que este año ya no sería posible. 

Por eso decidieron iniciar la protesta, y aguantar incluso la amenaza de intervención de la Consellera de Educación Irene Rigau, si insistían en no llevarles a clase. 

Los padres han decidido volver a llevar a sus hijos a clase, para no perjudicarles. La diputación de Lleida por su parte se compromete a  invertirá 200,000 euros. Les pagarán el desplazamiento y la mitad del comedor este curso y el que viene. Ellos tendrían que pagar el resto. Sin embargo, ya han anunciado que no lo van a hacer, consideran que el comedor debe ser totalmente gratuito, porque no tienen otra elección.