La Guardia Civil cree que los dos detenidos por la muerte de Antonio, el cazador de Toledo, habían preparado el crimen. Llevaban días insistiendo en ir a cazar juntos, algo que no habían hecho nunca hasta el momento. Lo que no tienen claro es el móvil del crimen: investigan qué tipo de relación económica existía entre ellos.

Antonio y sus presuntos agresores salieron a cazar juntos. El crimen podría haberse cometido en ese momento. La hermana de la víctima asegura que Rufino, conocido como 'el Conejo',  había insistido a Antonio para que salieran juntos de cacería a pesar de que nunca lo habían hecho antes: "Le estaba bombardeando a llamadas diciéndole que había un ciervo con muchas puntas, que le habían puesto maíz...".

Una vez en el campo y aislados, 'el Conejo' y su sobrino, presuntamente, cometieron el crimen. Antonio recibió un tiro en la cabeza y la autopsia determinará si se produjo a bocajarro o por accidente. La Guardia Civil descarta la última opción porque los presuntos asesinos se tomaron muchas molestias a la hora de deshacerse del cadáver. Apareció desnudo, envuelto en un saco de dormir y enterrado a más de un metro de profundidad.

El abogado de la acusación cree que mataron a Antonio para robarle el material de caza. Un móvil que no le encaja ni a la familia ni a los agentes. Quizás una cuenta pendiente entre 'el Conejo' y Antonio podría estar detrás de este asesinato.