La liberación se ha producido poco antes de las 15:00, después de que los negociadores de la Guardia Civil convencieran al secuestrador, vecino de la localidad, de que entregase al menor. Alejandro B., de 50 años, ha soltado al niño y se ha entregado, momento en el que ha sido detenido. Por el momento no han trascendido los motivos por los que el hombre, que no tiene relación familiar con el niño, le ha retenido, según las fuentes del instituto armado.
La liberación se ha producido cuatro horas y media después de que Alejandro B. irrumpiera en la Casa de Niños-Escuela Infantil La Olma, situada en la calle Guillermo Bonet, en actitud agresiva e impidiera salir a profesores y niños. Al parecer tenía un arma blanca o un cúter.
Poco después dejó salir a varias personas y se quedó únicamente con un niño de dos años, pidiendo que fuesen cámaras de televisión. Al lugar acudieron varias patrullas de la Guardia Civil y un equipo de negociadores, así como psicólogos. Los negociadores han sido los que finalmente le han convencido de que depusiera su actitud.
Fuentes municipales han confirmado que varios vecinos han explicado que el raptor es un vecino de la localidad al que llaman Jandi, muy conocido en el pueblo y que no había dado problemas. Por eso a los vecinos les ha sorprendido que esta mañana haya protagonizado este suceso.
La Corporación del pueblo al completo, encabezada por su alcaldesa Ana Belén Barbero, ha permanecido en el lugar, pendiente de lo que ocurría. La alcaldesa ha ofrecido a los agentes su colaboración en todo lo que precisaran. Colmenar del Arroyo es un pequeño municipio de unos 1.500 habitantes situado al oeste de Madrid, a unos 60 kilómetros de la capital, cercano a las localidades de Navas del Rey y Pelayos de la Presa.
Hacienda sólo interviene si ve "indicios de fraude"
Desmontado el bulo del 'gran hermano tarjetil': el Estado no controla nuestros gastos a través de las tarjetas de crédito
Desde redes sociales se extiende el bulo de que el Estado, por los pagos con tarjeta de crédito, sabe qué compramos y dónde estamos. "Es algo que crea desconfianza en las instituciones", dice Jokin Castellón.