Ocurrió la noche del pasado 29 de agosto, cuando la víctima de la brutal agresión homófoba en Melilla se encontraba simplemente sentado en un banco de la plaza Torres Quevedo. Pasada la medianoche, llegó su agresor y empezó a increparle.
"Me escupió en mis piernas y le dije 'señor, demuestra un poco de respeto' y me dijo 'maricón, encima hablas' y empieza a golpearme", relata el joven a laSexta.
El hombre le dejó la cara hinchada por los fuertes golpes que le propinó y con los labios ensangrentados. También le desgarró camiseta, por donde -cuenta- le agarró para seguir golpeándole hasta que cayó al suelo.
Aun así continuó ensañándose con él, mientras le lanzaba insultos homófobos: "[Me dice que] va a matarme si no cambio mi comportamiento", explica la víctima, que llegó a quedarse varios minutos inconsciente y tuvo que ser trasladado al hospital. Según el parte médico, sufrió policontusiones en la mandíbula y la parte izquierda de la cabeza, así como en la rodilla.
Sin embargo, su agresor no logró escapar, porque, según consta en la denuncia, varios viandantes le retuvieron. Desde la asociación Amlega, que ha denunciado la agresión, la trabajadora social Hajar Lagranja advierte de que "ayer fue una paliza, mañana puede acabar la paliza en otra cosa".
La víctima llegó desde Marruecos a España hace dos años pidiendo asilo por su orientación sexual. "Hay muchísima diferencia entre ser una persona homosexual europea que a ser una persona homosexual de otro país solicitando protección en otro", explica Lagranja.
Los hechos ya está siendo investigados por la Policía Nacional como un delito de odio.