El robot marino que busca rastros de las niñas desaparecidas junto a su padre en Tenerife ha encontrado en la búsqueda submarina con el sonar objetos que podrían pertenecer a Tomás Gimeno. Se trata de una botella y una sábana. Según fuentes de la Guardia Civil a laSexta, este hallazgo propicia que se pida la prórroga del sónar para continuar rastreando el fondo marino, ya que acababa este mismo martes.
Así, hoy el buque oceanográfico centra su investigación en la misma zona y ya están rastreando el fondo marino de nuevo en busca de posibles nuevos indicios que arrojen luz sobre el paradero de las pequeñas y de su padre.
Por su parte, la investigación de la Guardia Civil se centra ahora en tratar de determinar si estos objetos pertenecen al padre de las menores desaparecidas, aficionado a la pesca submarina, y también en paradero desconocido desde el pasado 27 de abril. Según los expertos consultados por laSexta, es clave saber ahora si la botella localizada es de oxígeno o de aire comprimido.
Las fuentes detallan que las botellas de oxígeno que se usan en submarinismo llevan un número de identificación y que cada vez que se rellenan se llevan a un lugar específico para comprobar si la presión es correcta, lo que queda registrado.
El hallazgo se ha producido este mismo lunes, en una de las búsquedas que el buque oceanográfico del Instituto Español de Oceanografía 'Angeles Alvariño', equipado con un sonar de barrido lateral y un robot submarino, lleva realizando desde hace siete días para rastrear el fondo marino en busca de pistas.
Actualmente, el buque está realizando la inspección marina en la zona donde la lancha de Tomás Gimeno fue encontrada a la deriva, a una milla náutica del Puertito de Güímar. Su misión es radiografiar el fondo marinocon el sonarpara tratar de identificar algún objeto extraño y, si es posible, subirlo a la superficie con el robot submarino.
En la investigación participan también efectivos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), sumando cada día a más de setenta personas de medios aéreos y marítimos, además de terrestres.
Sobre la investigación pesa el secreto de sumario y ha incluido varios registros en la finca de Tomás Gimeno, situada en Igueste de Candelaria, las últimas ocasiones contando con el apoyo de una unidad canina desplazada desde Madrid.
En cuanto a la posibilidad de que Gimero haya emprendido un viaje hacia América desde Tenerife, las expertos del mar consultados por laSexta no lo descartan. Explican que hay embarcaciones de recreo que no tienen porqué estar controladas por una baliza y que sí es posible realizar la travesía sin aparecer en registros.
Simulación 3D para determinar el tamaño de los bultos
Tomás Gimeno fue grabado por las cámaras de seguridad cuando zarpó la última vez que se supo de su paradero. Lo hizo sin la compañía de sus hijas, y fue visto embarcando varias maletas y bolsas que había traído en su coche.
La Guardia Civil ha realizado en las últimas jornadas una exploración con un equipo especial para hacer una simulación 3-D a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad del puerto para determinar el tamaño y el peso aproximados de los bultos que cargó el padre en su lancha aquella noche.
De vuelta de la primera de sus incursiones al mar, Tomás Antonio G.C. fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción porque se estaba saltando el toque de queda. Los agentes no encontraron nada sospechoso, pues a esa hora la madre aún no había denunciado la desaparición de las niñas. Tras comprar un cargador para el móvil en una gasolinera cercana, el padre se embarcó de nuevo y su lancha fue localizada dieciséis horas más tarde a la deriva, vacía y sin ancla frente al Puertito de Güímar.
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