La última vez que Helena y su padre pudieron ver a los dos niños fue a través del cristal del coche que les sacaba del juzgado. "Mi hijo me decía "mamá arrancame de aquí" y me miraba por la ventanilla", explica su madre un día después del suceso.

Ayer por la mañana el juez decidió entregar a los niños a su padre para que regresen con él a Portugal. Ella aún no saben dónde están sus hijos. "Me llamó, me dijo que no me preocupara, le preguntamos dónde estaban y colgó".

El fin de semana viajarán a Lisboa, quieren reunirse con el consul español. Le pedirán que intente mediar con el padre para que Helena pueda ver a Gonzalo y a Victoria. Su ex marido, Gonzalo, dice que prefiere mantenerse al margen, que no quiere hacer declaraciones.

El abuelo de los niños no confía en que les vaya a poner las cosas fáciles. "Es un mal tío, humillaba a mi hija", argumenta.

Dicen que lucharán hasta el final para conseguir que regresen a España con su familia y que se sienten engañados por la justicia. "Pienso pelear hasta que vuelva a tener mis hijos. La jueza lo ha hecho muy mal, nos han engañado porque ya estaba todo montado para llevárselos a Portugal", afirma la madre.

Aseguran que creían que el juez escucharía a los niños pero que lo único que hizo fue comunicarles que tenían que marcharse con su padre.