Hilario y Víctor, llevan toda su vida trabajando en la fábrica Campofrío en Burgos. Nunca imaginaron que algo así pudiera ocurrir. Como miembros del comité de empresa, han recibido cientos de llamadas de los trabajadores de la planta preguntándoles por su futuro.
Los trabajadores luchan porque en 2016 se levante, como les ha prometido la empresa, una nueva fábrica que reincorpore el 100% de la plantilla. Y, que durante estos dos años de impás, se reubique a los trabajadores en otras plantas o se les pague el paro.
En diciembre se reunirán con la empresa para comenzar la negociación. Tienen que decidir qué hacer con trabajadores que van a jubilarse o con los que no pueden cobrar el paro en los próximos 24 meses por no tener suficiente cotización.
Una semana después del incendio, los bomberos continuan trabajando en la fábrica. Todavía sale humo de la estructura y huele a quemado. Un panorama desolador, sobre todo para los casi 1000 trabajadores de la planta.
Tanto trabajadores de la fábrica, como vecinos de la provincia de Burgos, comparten las mismas incertidumbres y mismas esperanzas, que en dos años se acabe esta pesadilla.
Esperaron en el alféizar de una ventana
El agónico rescate de un padre y su hijo de dos años en un edificio en llamas en Palma de Mallorca
El padre decidió coger a su hijo y colocarse en el alféizar de la ventana de un octavo piso para alejarse lo máximo posible de las llamas mientras los bomberos acudían a su rescate. "Fue una decisión un poco difícil", reconoce.