Fuentes policiales han informado de que el hombre contaba con una orden de alejamiento en vigor con respecto de la víctima, una mujer española, de 48 años, de cuyo seguimiento se encargaba la policía local, aunque al parecer ambos vivían juntos de forma voluntaria.

El hombre llevaba meses atormentando a su mujer, incluso la agredía en la calle delante del resto de vecinos. Uno de ellos denunció la situación de maltrato de género que vivía la mujer debido a que ella era incapaz de hacerlo.

Un juez le condenó a 50 días de trabajos comunitarios, lo que provocó la respuesta de muchas asociaciones feministas.