Tras la muerte del padre Pajares en el Hospital Carlos III, los pacientes que tienen consultas externas en este centro están siendo sometidos a un estricto control para evitar que accedan a áreas no permitidas.

Las consultas se clausuraron hace cinco días coincidiendo con el ingreso del religioso repatriado desde Liberia para ser tratado de la enfermedad, junto con la hermana Juliana Bonoha que no está infectada.

La reapertura de las consultas se ha producido el mismo día en que ha fallecido Pajares. A todos los pacientes se les exige presentar la cita a su llegada al Carlos III y, posteriormente, se les escolta hasta el lugar donde pasarán la consulta para impedir que accedan a otros lugares del centro.

Un paciente asegura que acude a la consulta del Hospital Carlos III "con un poco de miedo, la verdad, aunque dicen que no pasa nada".

Otro paciente comenta: "No tengo porqué contagiarme. Si yo vengo al centro y está en una zona distinta, no tengo que tener miedo".

Nada más conocerse el fallecimiento del religioso, el primer europeo contagiado del virus, cuyo caso ha despertado un gran interés mediático, se han extremado las precauciones para evitar que entren en el recinto otras personas que no están autorizadas.

"Dicen que no pueden darme la rehabilitación y, entonces, les he dicho que me mandaran a La Paz y me han mandado", señala otra mujer.

Otro paciente afirma: "No tengo miedo porque la planta esa está sellada y no tienes acceso." Además, comenta que "todo lo demás funciona normal".

Un hombre dice: "Ha habido un control muy grande de policías, médicos... constantemente por los pasillos y lo sigue habiendo".