La niña, Andrea Nicolle Quijada, se había rendido tras varios meses de agonía en los que el tumor "parecía haberle ganado la batalla", ya que en Panamá no le daban soluciones a su caso, como tampoco en Estados Unidos y Colombia.

Todo cambió cuando el periodista Luis Casis, reconocido en Panamá por su ayuda a los desfavorecidos, se fijó en su caso y se lo comentó a su colega española Alba R. Santos, de viaje en Panamá en su función como directora de la Fundación Olloqui por la Infancia. Santos cuenta que la situación en la que encontró a Andrea fue "de auténtico abandono" por parte de los servicios médicos panameños.

Al no conseguir ayuda en su país, la niña estaba en su casa "esperando a morir". "El tumor se deterioraba y su olor era difícil de soportar", añade la directora de la Fundación. En ese momento, la máquina de la solidaridad se puso en marcha. Los medios de comunicación de Panamá lograron recaudar más de 60 mil dólares en 48 horas gracias a Casis y al Hospital La Paz y varias unidades médicas que se comprometieron a ayudar a la niña tras la petición del cirujano plástico Juan Carlos López Gutierrez, jefe de sección de Cirugía Plástica Infantil en el centro madrileño.

niño desfibrilador

Andrea llegó a España el 5 de abril gracias a la intermediación de la Fundación Olloqui. Apenas seis días más tarde fue intervenida en La Paz para extirparle una parte del tumor, en una cirugía que se extendió durante unas ocho horas. El 7 de mayo se le retiró la parte ventral del tumor y dos semanas después se sometió a una tercera operación para extirparle una recidiva de la enfermedad que afectaba a la zona paravertebral.

Desde entonces, Andrea se recupera de su enfermedad en uno de los pisos de acogida que la Fundación Olloqui por la Infancia ofrece a niños con enfermedades raras. El pasado jueves recibió el alta hospitalaria y tiene previsto regresar a Panamá hasta que necesite acudir a una revisión de nuevo en el hospital madrileño, probablemente en un plazo de seis meses. "Una vez más, la sanidad española demuestra su excepcional profesionalidad y compromiso asumiendo un caso clínico nunca antes visto en España.

La pequeña Andrea, que sueña con ser doctora y artista, regresa a Panamá dejando atrás una pesadilla gracias a la labor desinteresada de la Fundación Olloqui por la Infancia, al Hospital La Paz, el esfuerzo de la sociedad panameña. Un ejemplo de entrega y amor por ayudar", señala la Fundación.