Tanto el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, como el de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, han coincidido en anunciar que la actividad del almacenamiento de gas Castor no se reanudará mientras no haya garantías técnicas de seguridad para las personas y los bienes. Todo ello después de que más de una veintena de seísmos, uno de ellos de 4,1 grados en la escala de Richter, se hayan registrado desde anoche en el Golfo de Valencia, que han sido percibidos también en el Delta del Ebro, con el consiguiente sobresalto para los habitantes de las poblaciones de la zona.

En declaraciones a los medios de comunicación antes de comparecer en el Congreso de los Diputados, Soria ha insistido en que "lógicamente no se autorizará a inyectar nuevo gas" mientras no se cuenten con todas las garantías. El Ministerio de Industria cesó la actividad del almacén subterráneo de gas Castor el pasado jueves tras registrase cientos de pequeños seísmos en la zona.

El ministro ha apuntado además que "hay una probabilidad muy alta" de que los seísmos se deban a la inyección de gas colchón -el mínimo necesario para funcionar-, según indica el Instituto Geológico Nacional y el Instituto Geográfico, aunque todavía no hay "constancia científica". Soria ha insistido en que "ahora mismo la prioridad del Gobierno es saber por qué se están produciendo esos movimientos sísmicos" y que, hasta que no se desvele, "no podemos decir cómo vamos a actuar".

Para ello, el Gobierno ha establecido una coordinación entre los ministerios de Interior, Agricultura, Economía e Industria bajo la dirección de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Además, el Gobierno está en contacto con la Generalitat de Cataluña, la de Valencia, las delegaciones de Gobierno y los expertos de los institutos geográfico y geológico. Desde Zafra, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha garantizado también que los trabajos del proyecto Castor no se reanudarán hasta que "haya garantías técnicas de seguridad al 100 % para las personas y bienes".

Según datos del Instituto Geográfico Nacional, desde las once de la noche de ayer se han producido un total de 23 seísmos en esta zona, el último de los cuales ha quedado registrado a las 05.07 de esta mañana. El más intenso se produjo sobre las once y media de la noche con una magnitud de 4,1 grados, mientras que poco después de las once se había registrado otro terremoto de 3,9 grados.

El resto de seísmos han registrado una magnitud de entre 1,8 y 2,9 grados en la escala Richter, según las mismas fuentes. El movimiento de tierra más intenso desde que comenzaron a registrarse estos terremotos relacionados con el proyecto Castor se produjo en la madrugada del martes con una magnitud de 4,2 grados, y llevó a activar el plan de riesgo sísmico de la Generalitat valenciana.

Esta serie de seísmos en el Golfo de Valencia no han afectado a la central nuclear de Vandellòs II ni a la plataforma petrolífera Casablanca, que Repsol instaló frente al Delta del Ebro, en Tarragona, según han confirmado a Efe fuentes de ambas instalaciones. Pese a ello, varias entidades ecologistas han pedido hoy la paralización inmediata de las tres centrales nucleares catalanas (Ascó I y II y Vandellòs II, las tres en Tarragona) ante el riesgo derivado de estos seísmos.

La Generalitat de Cataluña ha activado a sus servicios jurídicos de cara a estudiar las "vías judiciales" que podrían emprenderse contra el almacén Castor, según ha anunciado hoy en l'Aldea el delegado del gobierno catalán en las Tierras del Ebro, Xavier Pallarès. Pallarés participará esta tarde en Alcanar (Tarragona) en una reunión con todos los organismos de la Generalitat competentes en la materia y los alcaldes de la zona, a la que asistirá el conseller de Interior, Ramon Espadaler, para analizar esta crisis sísmica.

El proyecto Castor, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días, pero, al parecer, la inyección de gas ha provocado desde el pasado 13 de septiembre centenares de seísmos, la mayoría de baja intensidad.