Su despacho es una mesa con dos sillas en una parada del metro de Nueva York. Ciro Ortiz es un precoz psicoterapeuta que abre dos horas cada domingo por la mañana, y algún día ya ha regresado a casa con 50 dólares en su bolsillo. Muchos le muestran su inquietud por los cambios, y él responde un sencillo pero claro: "Hay que aceptarlos".

Sus sesiones duran 5 minutos, en los que ofrece "consejos emocionales", como él mismo ha contado a The Post. Su parada de metro es Bedford L.

Allí les llamó la atención este particular puesto con una mesa y dos sillas a una pareja que requería consejo matrimonial. El marido estaba triste porque su mujer se había hecho vegana. "Le dije que ella no se enfadaba con él por comer carne. A cada uno le gusta comer lo que le apetece, así que van a tener que acostumbrarse a esa situación", relata este pequeño 'consejero'.

Hace un tiempo, Ciro sufrió acoso en el colegio, lo que le inspiró a ofrecer asesoramiento a los demás en lugar de canalizar sus tendencias empresariales en un simple puesto de limonada.

Su madre, Jasmine Aequitas, señala que el chico "es muy sensible" y ha tenido "una vida dura". "El día que comenzó con su puesto en el metro estaba muy nervioso e inseguro, pero unos domingos más tarde regresó diciendo: 'He conocido gente maravillosa, voy a terminar teniendo un montón de amigos'".

Ciro no tiene pensado por ahora estudiar psicología; de momento, su objetivo es ser desarrollador de videojuegos. No obstante, sus clientes asegura que los consejos que da merecen la pena por el dinero que pagan.

Su familia explica que el dinero que saca no se los gasta en los 'Minecraft' en los cómics que adora, sino en "comida en el colegio para los chicos que no se la pueden permitir".

La mayoría de la gente que acude por su consejo le plantea inquietudes por cambios que les surgen en la vida. Y él les responde: "Tenemos que aceptarlos. Van a ocurrir, siempre ocurren. La vida es un constante cambio".