Sin apenas fuerzas, explican que las mafias les tenían retenidos en una casa de tránsito y una bombona de gas explotó. Los traficantes no les permitieron curar sus heridas y les embarcaron en una patera, rumbo a Italia.

Amontonados en los pasillos, tirados en el suelo, compartiendo baños infectos. Condiciones infrahumanas que los niños han de soportar por igual. La mayoría de inmigrantes cuentan la misma historia. Dejaron su país por la guerra o la inestabilidad en busca del sueño europeo.

De los centros de detención algunos pasan  a las casas de tránsito de las mafias. Previo pago de hasta más de 3000 euros, les envían  a la costa italiana o a la muerte. En un centro griego, 300 yazidíes, que huyeron de Irak por la amenaza de ISIS, denuncian en 'Europa o muere', un reportaje de Vice News, la pésima atención que reciben.

La angustia y la desesperación empujan a estos inmigrantes a lanzarse al Mediterráneo desde Libia, el punto africano más cercano a Italia. Sus ansías de escapar del infierno les da fuerza para hacer frente a la muerte en busca de un futuro mejor.