Gritaban: '¡Libertad, libertad!', pero no lo han conseguido. Los 25 inmigrantes subsaharianos encaramados durante horas a la valla de Melilla fueron finalmente devueltos a Marruecos. Exhaustos por el esfuerzo, alguno no podía ni caminar solo y necesitaba la ayuda de sus compañeros.

Y eso que, según dijo la Guardia Civil a Cruz Roja, nadie necesitaba atención sanitaria. Cruz Roja, por su parte, sostiene que hubieran intervenido si se lo hubiesen permitido.

Tan sólo un inmigrante consiguió entrar en España. Tiene 27 años y es de Costa de Marfil. Sufrió una lipotimia en la valla tras pasar horas expuesto al sol, al hambre, y a la tensión de la situación. Entre un compañero y dos agentes consiguieron bajarle. El 061 le trasladó al hospital comarcal de Melilla y tras hora y media en urgencias, una furgoneta le trasladó al CETI.

Según Interior, a este joven sí le dejaron entrar en España por razones estrictamente humanitarias. El Gobierno mantiene que pisar el lado español de la valla no es entrar en suelo español. Defiende así que la devolución del grupo de inmigrantes no fue ilegal.

Pero lo que es una obra de caridad para Interior, debería ser una obligación, según defienden las ONG. Dicen que el ministerio se está saltando la ley. "Es territorio español. La valla es española porque se ha construido en España", explica Inés Díez, abogada de Red Acoge.

Las ONG recuerdan que no se les ha aplicado la Ley de Extranjería porque ni siquiera se les ha dado la posibilidad de solicitar protección internacional.