El sexo prematrimonial es un tabú en la sociedad conservadora de Tayikistán, y puede dar con toda una vida de humillación pública para las mujeres. Eso fue lo que le pasó a Rajabbi Khurshed, una joven de 18 años a quien sus padres concertaron matrimonio con un hombre al que no conocía.
El estado de Tayikistán obligó a la joven a someterse a un examen médico antes de la boda, que, en su caso, incluía una prueba de virginidad. Su esposo no creyó los resultados de la prueba, exigió que se le practicasen más y, finalmente, que se le permitiera tomar una segunda esposa.
La joven, ante la humillación y la presión, se suicidó. Su madre afirma que Khurshed nunca había tenido un novio o una relación íntima con nadie. Era virgen, tenía un certificado médico para demostrarlo y llamó a su hija víctima de "calumnias y violencia". Dijo además que la familia ha iniciado acciones legales para preservar la reputación su hija.
El marido se defendió insistiendo en que su esposa no era virgen en la noche de bodas, sin importar lo que sus documentos decían. Ahora se enfrenta a cargos por inducir a la fallecida al suicidio y podría ser condenado a ocho años de prisión, según ha informado Radio Free Europa.
La virginidad prematrimonial es un asunto de disputa entre las familias de Tayikistán. Los tribunales del país registraron cerca de 600 casos disputas sobre la virginidad antes de que se introdujeran los exámenes médicos prenupciales en 2015. La mayoría de las mujeres involucradas demandan a sus maridos por declararles 'impuras' en su noche de bodas.