De rasgo serio, con mirada al infinito y una boina con la estella comunista. La imagen más conocida del Che fue disparada el 5 de marzo del 60 por el fotógrafo cubano Alberto Korda. sin premeditación, la captó en un funeral multitudinario en La Habana. "A mí me sorprende la mirada tan fuerte que tenía", dijo durante una conferencia el fotógrafo Alberto Korda. Disparó dos diapositivas de ese instante para la historia; una en horizontal y otra vertical.
La tituló 'Guerrillero heroico'. Fue la muerte del Che la que dio vida al retrato, sobre todo en Europa como símbolo de las revoluciones sociales. Éstas acabaron apagándose, pero la imagen prendió aún más. Pasó a ser la mas reproducida de la historia.
"Más que marketing revolucionario, esta imagen revoluciona el marketing", afirma el publicista Édgar Carrasco. El Che 'revivió' en camisetas, gorras, en campañas publicitarias y en un vodka que pretendía vender su versión caliente y fogosa como imagen de una revolución incluso religiosa.
También tuvo reivindicaciones de todo tipo, y fue convertido en un símbolo de aquello que nunca quiso: el capitalismo. Está hasta marcado de por vida en piel de quienes son fieles a él. También el presidente boliviano Evo Morales pasea con la imagen en su chaqueta, porque más allá del icono también quedan sus ideas. La proclama de "patria o muerte", tal y como reivindicaba él, aún perdura, 50 años después, junto a su imagen, todavía viva.
Autora de 'La huella vikinga'
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En La huella vikinga, la divulgadora explica de dónde viene la influencia nórdica que existe en nuestra cultura y destierra las falsas interpretaciones que se hacen de ella.