Horas y horas luchando contra un inmenso incendio que se ha llevado por delante el trabajo de muchos empresarios y empleados que hoy llegaban al polígono con ansiedad y lágrimas.
A Ricardo Suárez de su taller de motores de más de 30 años sólo le queda un ordenador. "Está destrozado, hay daños estructurales, las paredes se han desprendido", explica. Los bomberos le han dicho que es probable que su empresa sea una de las que tendrán que tirar abajo.
Difícil empezar de cero para él y para quienes esperaban que un bombero le llevara a comprobar los daños. En todos ellos la sombra del paro.
Al menos les consuela haber salido ilesos de una onda expansiva que no olvidarán. Tres personas, dos de ellas trabajadores, continúan ingresadas graves por un siniestro que ahora hemos podido ver en uno de sus peores momentos.
Fuego en el que han tenido que trabajar toda la noche y que ha dejado totalmente arrasada la empresa. El día después los trabajadores de Requimsa no se explican lo sucedido.
Todos ellos dicen que se cumplían las medidas de seguridad, una afirmación que quienes lo han perdido todo piden que se revise. La investigación comenzará en cuanto termine el trabajo de unos bomberos agotados por más de 24 horas de esfuerzo contra las llamas.