La policía china ha advertido que este instrumento es en realidad ilegal, pero por ahora no se ha prohibido su venta. Por otro lado, los fabricantes justifican su legalidad en base a que no son armas letales, sino disuasorias.
Miden 20 centímetros y pueden costar entre seis y 40 dólares. Uno de los que venden el producto aseguró a 'The Telegraph' que “Pueden provocar quemaduras graves y desfigurar a un atacante, pero no son armas mortales y por tanto son legales”
Los lanzallamas de bolsillo recuerdan a las famosas espadas láser de Star Wars. Pueden proyectar una llamarada de hasta 50 centímetros y alcanzan los 1.800 grados. Se cargan como los mecheros recargables: con gas butano comprimido. Una página web vende la herramienta asegurando que "las llamas y las altas temperaturas son suficientes para alejar a los chicos malos", añadiendo que pueden incluso durar 30 minutos.
El nombre del arma es Yipinxuan, y se está convirtiendo en un auténtico complemento para las mujeres. Se venden como armas de defensa personal 'antipervertidos' para evitar el acoso. No es el primer objeto polémico que se generaliza en China. Hace unos días saltó a la luz un escándalo de pequeñas ballestas que los niños utilizaban para jugar.