A unos padres les
quitaron la custodia de sus hijos por un error, una acusación de malos tratos.
La Generalitat Catalana interpretó las heridas de uno de los niños como
lesiones de malos tratos, cuando en realidad, eran consecuencias de un parto
complicado. El bebé fue apartado de los padres con poco más de un mes de vida y
su segundo hijo a los dos días de nacer. Ahora les indemnizan con 300.000 euros.
Los padres han
despertado de una larga pesadilla que comenzó con el nacimiento de su primer
hijo. Nació con un hematoma en el cráneo tras un parto largo y complicado, a
los 39 días de vida lo ingresaron de urgencia y le detectaron hemorragias y
fracturas internas.
En ese momento el
Hospital San Pau activó la alerta por malos tratos y les quitaron la tutela. "Unos
días después se supo a través de unos informes forenses que se descartaba
totalmente el maltrato", explica su madre.
Pero nada cambió, la Generalitat
no les devolvió a su hijo y en mitad de su batalla judicial nació su segundo
hijo, con él la pesadilla se convirtió en absoluta desesperación. "Le empiezo a
dar el pecho y a los dos día se presentan en el hospital y se lo llevan
alegando que como tenían tutelado al mayor que se tenían que llevar también al
pequeño", explica la madre.
Presentaron informes forenses, psicológicos, periciales y varias sentencias que confirmaban que
las lesiones de su hijo eran consecuencia del parto y no de malos tratos. "El mayor estuvo más de dos años en el centro de
acogida y el pequeño más de un año con una familia de acogida", explica.