Aún hay que analizar los restos, pero según fuentes de la investigación podrían pertenecer a Adolfina y a su hija Angelys. Se habrían encontrado en un pozo en San Vicente de la Cabeza, en Zamora, según fuentes municipales. Al parecer el compañero sentimental de la mujer tenía una finca allí.

Los cadáveres también se buscaban en Madrid. El asesino confeso, el compañero sentimental de la mujer, participaba en la búsqueda. Durante la noche y toda la mañana se rastrearon las alcantarillas, las que él mismo había señalado como el lugar dónde ocultó los cuerpos. Pero, según la policía, el detenido había dado varias versiones.

Leonarda, la abuela de la pequeña está destrozada. En su entorno ya sospechaban de Raúl, el compañero de Adolfina, por su agresividad. "La abuela contaba que Raúl pegaba a la niña", afirma Julio Guevara, amigo de Adolfina. Incluso la abuela llegó a denunciarle en enero por malos tratos, pero nadie le hizo caso.