El juez que instruye el caso de la violación de San Fermín ha decidido mantener a los cinco procesados en prisión. Lo hace como respuesta a la petición de libertad de uno de los detenidos y en ella describe, a su juicio, las similitudes entre la agresión de Pamplona y la de Pozoblanco, Córdoba.
"Existen evidentes similitudes como la búsqueda de un ambiente festivo en el que se bebe alcohol, la selección de una víctima joven y su aislamiento, la participación colectiva del grupo, el desprecio hacia la víctima y su humillación", afirma.
Los presuntos autores se jactaron de las dos agresiones sexuales por los que se les investiga en diferentes grupos de Whatsapp: "Madre mía, ¿qué le echasteis a la chavala, burundanga? ¿Está muerta? ¿Estaría en coma?". Diario de Noticias de Navarra ha publicado los mensajes.
Pese a que las agresiones fueron grabadas en vídeo y compartidas, ninguno de los participantes en ambos chats, alrededor de 20 personas, denuncio los hechos. Un comportamiento que demuestra que el entorno en el que se mueven es profundamente machista y violento pero que no constituye delito.
Julia Clavero, abogada penalista, afirma que "no es suficiente para imputar un delito porque no han intervenido y pueden decir que ellos no sabían o pensaban que era una broma".
Uno de los detenidos es guardia civil y otro militar y varios de ellos pertenecen al grupo de ultras violentos del Sevilla.