¿Qué se puede hacer con un niño de 9 años que ha denunciado una violación por parte de sus compañeros de colegio y que vive en un pueblo en el que se conocen todos? Los expertos apuntan a que hay una doble victimización del niño porque en muchos casos su única solución es mudarse.

Proteger siempre a la víctima es la premisa cuando se denuncia una presunta agresión sexual. Pero en este caso, el niño de 9 años vive en un pequeño pueblo de la sierra de Cazorla, de apenas 1.300 habitantes, con un solo colegio y a solo 400 metros de sus presuntos agresores.

Un aula

Jesús Maeztu, del Defensor del Menor de Andalucía, recuerda que "la víctima no tiene que irse del colegio porque eso sería un doble condena para él".

Mientras Junta de Andalucía y Fiscalía intentan esclarecer lo ocurrido, los expertos piden medidas cautelares más allá de la expulsión de los cuatro niños del colegio. Inmaculada Mir, psicóloga del Gabinete Calima, dice que "lo más normal es que fueran los agresores los que fueran sacados del pueblo y mandados a otro colegio mientras se hace un seguimiento y una terapia para los agresores".

Menores jugando en el recreo

Desde Save The Children lamentan que el 80% de este tipo de casos se desestima por falta de pruebas o por contradicciones en el testimonio del menor. Rodrigo Hernández, portavoz de la organización, pide que "el niño lo cuente solo una vez y que ese testimonio se tenga en cuenta siempre sin necesidad de ir siempre detrás de él".

Porque no es fácil denunciar una agresión sexual, y es que se calcula que en España solo lo hacen en un 15% de los casos. Así que solo hay que echar cuentas, porque en España al año hay 4.000 denuncias por agresiones sexuales a menores.