Fue hace un año; en los carnavales de Tetuán, en Madrid. La obra se titulaba 'La bruja y Don Cristobal'. Se ahorca a un juez y se exhibe una pancarta con el lema "Gora Alka-ETA". Había niños entre el público y algunos padres enfadados. Los titiriteros dijeron que ya habían advertido. "No están pensadas para un público infantil porque no son obras políticamente correctas", explicó en Granada CF Televisión Alfonso Lázaro, uno de los titiriteros encarcelados.
Él Raúl terminaron en prisión acusados de enaltecimiento de terrorismo. Al ayuntamiento de Madrid no le gustó el contenido de la obra. Según Carmena, era "inaceptable, inadecuado para los niños, violento. Deleznable". No obstante, al consistorio le parecieron desproporcionadas las medidas contra los titiriteros.
La oposición utilizó la polémica para cargar contra Carmena. "Me preocupa que se estén utilizando los fondos públicos para propaganda etarra", dijo Begoña Villacís, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid. Incluso se pidió la dimisión de la concejala de cultura. "Acabo de apostar con Isabel Gallego. Ella, cinco euros; yo, pago diez si la cesan el jueves", dijo Esperanza Aguirre. Dimitió el director de programación cultural.
Los titiriteros pasaron cinco días en prisión preventiva, sin fianza. Fuera, manifestaciones criticando que se intentara tumbar la libertad de expresión. La Audiencia Nacional terminó cerrando la causa al entender que la pancarta de la discordia era acorde con el contexto y que no se enaltecía el terrorismo.
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