Medio centenar de vecinos de la urbanización de El Quiñon de Sesaña han pasado la noche en un pabellón: "Nos avisaron que había que desalojar y nos trajeron" cuenta uno de ellos. Camas, mantas o comida pero también equipos de psicólogos: "Estas situaciones superas un nivel de esteres, para eso están nuestros psicólogos" explica un miembro de Cruz Roja.
Una situación que según muchos vecinos se podría haber evitado.Otros han preferido ir a casa de familiares. Una desocupación, sin heridos, y que se ha producido por la bajada de la gran columna de humo negro a la viviendas.
Ya se ha levantado la orden de evacuación por la reducción del riesgo para la población. Ahora toca volver a casa mientras a unos metros los bomberos siguen trabajando a destajo.

Una profesión cada vez menos frecuente
Las carnicerías, en peligro de extinción: la ausencia de relevo generacional pone en riesgo el futuro de miles de negocios
Los detalles Cada vez menos jóvenes quieren ser carniceros pese a tratarse de un trabajo bien remunerado. "Tengo 66 años y ninguna de mis hijas está interesada en llevar este negocio hacia adelante", explica Pròsper Puig, propietario de una carnicería.