La abogada, aconsejada por su letrado, no quiso acceder a esta diligencia mientras estuvo vigente el secreto de sumario, que se prolongó durante casi dos meses.

Finalmente, ha sido posible y la comitiva ha estado formada por varios vehículos: cuatro Patrol de la Guardia Civil, y otros dos, uno de ellos con cristales tintados. El recorrido los ha llevado del centro de Compostela a las afueras de esta ciudad, concretamente a un centro comercial en el que esta mujer dijo haber comprado unos bañadores para la cría, y también a Teo, municipio coruñés en el que esta familia posee un chalé situado a cinco kilómetros del lugar en el que fue encontrado el cadáver de Asunta por dos viandantes.

A Rosario Porto, a la que no se le ha visto bajar del vehículo, como a ninguna otra persona integrante de este dispositivo, se la ha podido visualizar por momentos dando explicaciones a quienes la acompañaban.

Una de las paradas más largas ha sido en el garaje de General Pardiñas de la capital gallega, donde guardaba el coche que grabaron las cámaras de seguridad y en el que ambas, madre e hija, se habrían movido esa fatídica jornada. 

La madre de la menor ha gesticulado ante ese estacionamiento, conocedora de las grabaciones de las cámaras de seguridad por las que se computó en 19 minutos el recorrido desde el aparcamiento hasta el chalé familiar de Teo y en 40 el regreso a la capital gallega.

El juez instructor José Antonio Vázquez Taín ha expresado en sus autos que Rosario Porto ha incurrido en numerosas contradicciones, entre ellas, que primero dijo que había ido una sola vez a Teo, y luego, dos; y también que no supo explicar dónde dejó a la niña antes de perder su pista.

"Hoy esperábamos que nos diesen una explicación razonable, y no la hemos recibido", han explicado los letrados, que han aprovechado para elogiar la "instrucción impecable" realizada por la Guardia Civil.