Flores, muñecos y carteles pidiendo justicia recuerdan este domingo a Asunta. El cuerpo de la niña de 12 años y origen chino aparece hace justo un año en una pista forestal de Teo, cuando sus padres adoptivos habían denunciado su desaparición la noche anterior.

La autopsia revela que la niña murió por asfixia y que horas antes había ingerido ansiolíticos. Desde el primer momento, las investigaciones se centran en el entorno más cercano a la menor. Y tan sólo horas después de asistir a la incineración de su hija, la policía detiene a los padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra.

Las contradicciones en sus versiones apuntan directamente hacia ellos. Porto cuenta que deja a la niña sola en casa y que cuendo vuelve ya no está. Pero las cámaras de seguridad de la zona prueban que miente porque captan una imagen de las dos juntas a una hora a la que supuestamente ya había desaparecido.

Los agentes registran todas sus propiedades. En una vivienda de Teo encuentran restos de una cinta naranja que también aparece en el cadáver de la menor. La policía cree que fue en ese lugar donde, presuntamente, mataron a la niña. Además, los forenses determinan que durante sus últimos 3 meses de vida, Asunta fue sedada de manera continuada. Todo formaría parte de un plan para deshacerse de ella.

Un año después, Rosario Porto y Alfonso Basterra esperan tras las rejas de la cárcel el juicio que podría celebrarse en un mes y que podría condenarles a 18 años de prisión por el asesinato de su hija.