El cuerpo humano cambia a lo largo de su vida y, en el caso de las mujeres, estos cambios implican, en numerosas ocasiones, albergar en ellas a las personas más importantes de sus vidas: sus hijos.

Una madre posa con su bebé durante la sesión fotográfica

Pero la felicidad que los pequeños traen consigo, viene acompañada, normalmente, de estrías, celulitis, cambios de peso y cambios de forma que muchas veces no pueden revertirse. El efecto de estos cambios se suman a los cánones de belleza sociales.

Una madre posa con su bebé durante una sesión fotográfica

Hoy en día no es difícil ver en las redes sociales a mujeres que, tras dar a luz, muestran unos cuerpos perfectos y sin ninguna marca. Muchas de ellas se someten a duros entrenamientos y dietas y realizan un arduo trabajo para recuperar su figura anterior.

Una madre posa con sus hijos durante la sesión fotográfica

Pero no todas las madres disponen del mismo tiempo para ellas, ni de los mismos medios y, sobre todo, ningún cuerpo es igual que otro, por lo que cada uno responde de una manera distinta tras el parto.

Una madre posa con su bebé en la sesión fotográfica

Por ello, dos fotógrafas canadienses llamadas Aimee y Jenna Hobbs han iniciado una lucha par reivindicar la belleza de las madres reales cuyos físicos cambian al traer al mundo nuevas vidas. Sus modelos han sido un grupo de mujeres y sus hijos pequeños.

Una madre posa con su bebé durante la sesión fotográfica

Todos ellos protagonizaron una sesión fotográfica en la que, rodeados de naturaleza, disfrutan del amor que se profesan sin importar el físico porque las marcas que han dejado los embarazos les han hecho más hermosas si cabe y sus hijos más felices.

Varias madres posan durante la sesión fotográfica