La ciudad de Madrid redujo en 2016 un 10% los valores medios de dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que los niveles de ozono troposférico (O3) u "ozono malo" han sido similares a 2015, según los datos de la red municipal de calidad del aire.
La meteorología, con
menos periodos estacionales y olas de calor que otros años, y en menor medida
el protocolo municipal anticontaminación y la sensibilización ciudadana, entre
otros factores, contribuyeron a esa mejora. No obstante, la capital incumplió
por séptimo año consecutivo la normativa europea referente a los límites para
la protección humana de NO2, un gas procedente principalmente de los tubos de
escape de los vehículos con motor diésel que irrita las vías respiratorias.
De las 24 estaciones de
medición distribuidas por cinco zonas de la ciudad, nueve rebasaron en 2016 el
límite establecido en 40 microgramos por metro cúbico de concentración media
anual, frente a las trece del año anterior. En 2014 fueron seis.
Con datos actualizados
hasta el 26 de diciembre, en el conjunto de las estaciones de medición se
habían registrado 182 picos de más de 200 microgramos de media en una hora, mientras
que en 2015 fueron 554.