La ciudad de Madrid ha instalado un nuevo semáforo de cuatro colores, una medida que ha llamado la atención entre los vecinos, que entremezclan la incredulidad con el desconocimiento.

A los tres colores convencionales; verde; ámbar y rojo, se le añade el cuarto, el blanco. A corto plazo no se piensa utilizar, sin embargo, su función es la de regular los coches autónomos que aún no han llegado a España, y evitar cualquier tipo de incidencia en las intersecciones.

Los vecinos comentan que "no sé para que sirve", "no tenemos ni idea". Aunque hay algunos que sí que se acercan : "Creo que lo blanco es para los coches automáticos". Pero no todos los vecinos están de acuerdo con su instalación: "Muchas tonterías ponen", afirma una vecina.