En un antiguo bloque de pisos de protección oficial que ha sido vendido a un fondo buitre el alquiler se dispara. Los inquilinos no pueden pagarlo y se marchan, los pisos se quedan vacíos y algunos aprovechan para ocuparlos.

Esto es una necesidad para algunos pero todo un negocio para otros: "Muchos de los pisos que van okupando los subalquilan o venden de manera ilegal a familias que necesitan una vivienda" explica Silvia González Iturraspe, de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid.

Las mafias que pueden llegar a cobrar hasta 300 euros por el alquiler de una casa y hasta 3.000 por su venta pero no son los únicos que sacan tajada del asunto. Al mediador de los fondos buitre pagan hasta 1.000 euros a los okupas para que se vayan y puedan vender los pisos.

"Se sabe que se está pagando a alguno de los okupas mafiosos para que abandonen la vivienda lo que está haciendo un poco de efecto llamada porque la gente okupa sabiendo que probablemente le den una cantidad" asegura Silvia González.

Se calcula que en Madrid hay unos 1.000 pisos como estos controlados por estas mafias. Las asociaciones piden soluciones para atajar un problema cada vez más preocupante.