El maquinista del tren de Santiago, Francisco José G.A, permanece en el hospital Clínico bajo custodia policial, a la espera de prestar declaración como imputado ante el juez que lleva el caso. Se espera que la declaración del operario se produzca a lo largo de la jornada. Mientras, siguen saliendo a la luz detalles sobre la tragedia, como las conversaciones que se produjeron entre la máquina y la sala.
El maquinista dijo que se quería "morir", una vez que fue consciente de que el convoy había descarrilado. "La he jodido", figura en las transcripciones de esas conversaciones que ya han sido incorporadas a las indagaciones sobre las causas del siniestro, según han confirmado fuentes de la investigación.
Estas fuentes han explicado que la comisión judicial aún no ha empezado a oír las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los 78 fallecidos recuperados.
No obstante, sí se ha podido realizar un primer análisis de las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el tren accidentado y la sala, que forma parte del material que se ha facilitado, junto con imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel.
En esas conversaciones, el maquinista también reconoce, tras descarrilar, que alcanzaba una velocidad de 190 kilómetros por hora. No obstante, esa zona estaría limitada a 80 kilómetros por hora.
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