Más de 1.000 inmigrantes de origen subsahariano divididos en varios grupos han intentado entrar en Melilla a través de la valla fronteriza, objetivo que no ha logrado ninguno por la intervención de las fuerzas de seguridad marroquíes, que han evitado la aproximación al perímetro.

Fuentes de la Delegación del Gobierno han informado de que la presión migratoria a lo largo de la madrugada ha sido "extrema", lo que ha mantenido en alerta a los efectivos de la Guardia Civil.

En concreto, se han detectado tres grupos: uno de unos 400 subsaharianos en la zona de Barrio Chino, otro de unos 300 en las inmediaciones del puesto fronterizo de Beni Enzar, y un tercero de unos 400 que pretendía acercarse al vallado por la zona cercana al cementerio musulmán.

A pesar de la lluvia, el helicóptero del instituto armado ha realizado labores de vigilancia en varias zonas del perímetro, donde se han avistado los grupos.