44 años en la marina mercante noruega y ahora el estado nórdico le niega a Antonio el derecho a percibir una pensión: “Me di cuenta que todo había sido en vano a nivel de pensiones”. A penas cobra 400 euros por los años trabajados en Galicia y el suyo es solo un caso de los más de 12.000 en toda España.

Marineros que dejaron atrás sus vidas y sus familias en busca de un futuro mejor pero que, al Gobierno de Oslo, esto no parece bastarle. Al no haber trabajado físicamente en tierra nunca los consideraron residentes, a pesar de haber pagado allí sus impuestos.

"Por el mero hecho de ser marineros nosotros navegabamos por todo el mundo donde la empresa nos mandaba pero el español que trabajaba en tierra en Noruega si tiene sus derechos" explica Ricardo Lustres, presidente de la asociación de exmarinos de Noruega.

Quieren denunciar el caso en Bruselas pero el coste se les escapa de las manos: 300.000 euros que les separan de la justicia a ellos y a las personas que dejaron en tierra: “200 viudas que están cobrando una pensión miserable” dice Mario Poceiro. Media vida dejándose la piel a bordo para nada.